Este artículo lo he publicado en dos partes relacionadas entre sí
1ª Parte
Philip Morris baja los precios del tabaco por tercera vez en dos semanas. Volverá a recortar entre 10 y 20 céntimos el coste de sus principales marcas de cigarrillos para competir con las demás empresas tabaqueras. Estos cambios de tarifas, entrarán en vigor con su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Los de Philip Morris explican que la bajada de los precios la quieren aplicar para poder defender su cuota de mercado. El movimiento de Philip Morris se produjo una semana después de que Altadis bajara sus principales marcas para proteger su competitividad, lo que propició que British American Tobacco (BAT) se sumara a la batalla y arrastrara igualmente a Japan Tobacco International (JTI).
Los estanqueros están muy descontentos con la situación ya que les afecta directamente esta inestabilidad de los precios del tabaco.
La ministra de economía, Elena Salgado, ha afirmado que el gobierno no tiene prevista una subida de impuestos del tabaco. Irán viendo como va desarrollándose la situación y a raíz de los resultados decidirían qué hacer, pero en principio no.
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2ª Parte
El resultado al final es que las tabaqueras deciden abandonar la batalla de precios ya que tienen muy poco margen para seguir bajando las tarifas.
El ministerio de economía esta preocupado porque el tabaco ha bajado entre 45 y 10 céntimos y esto perjudica a la hacienda pública. Que cada cajetilla baje 10 céntimos supone que haya entre siete y ocho céntimos menos en recaudación de impuestos. El impacto de esta batalla en las arcas públicas será de unos 200 millones de euros. Y si a esta cifra unimos la caída de la recaudación que ya se venía produciendo en los primeros meses del año como consecuencia de la nueva ley antitabaco, las pérdidas anuales podrían superar los 1.000 millones de €.El Gobierno se plantea revisar la fiscalidad del tabaco para evitar unas pérdidas recaudatorias. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha rechazado que pueda producirse un cambio inminente en la fiscalidad del tabaco, pero fuentes del Ejecutivo reconocen que se podría abordar el asunto en los Presupuestos de 2012.
Al Estado le favorece que haya frenado esta guerra ya que así recaudará más porque en España, el impuesto sobre el tabaco es uno de los mas altos. En concreto, el 63,8% del precio final de la cajetilla son impuestos, frente a una media del 60,3% en la zona euro.
Las tabaqueras opinan que el motivo por el que se provocan las guerras de precios es la mala estructura del impuesto.Quieren que el Estado la cambie porque ganan muy poco al llevarse éste más de la mitad del precio de venta del tabaco.
La propuesta de los economistas de AFI sería equilibrar los impuestos específicos y los variables. Sin embargo, el Gobierno se ha resistido por el momento a actuar porque los impuestos variables benefician a las compañías con precios más bajos.
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